Con muchas tropiesos, finalmente llegue...

La historia de un no muy largo tiempo atrás. Solíamos prometernos la luna, las estrellas. Solíamos hablar más que lo que el corazón nos dejaba sentir, solíamos simplemente hablar. Claro siempre está el que habla pero también está el que escucha, y el que decide creer en esas palabras.
Yo era de esas, que inmersa en una ilusión de lo colorido de unas palabras caía en un abismo de enamoramiento ilusorio, insustancial, irreal, fingido.  No dudo que quizás muchas de sus palabras fueran sinceras, que las dijeran del corazón. Como tampoco dudo de que yo no estaba preparada para escucharlas, ni para sentirlas tampoco. Quizás tenga más que ver con eso, realmente, que con lo que ellos decían. Era un tema de valoración propia. De miedos internos de eso que, si no los liberas los enfrentas y finalmente los logras controlar, te controlan. Fue en un momento específico que empezó mi hartazgo por esos miedos propios. Darme cuenta como todo se diluía al momento que alguien tocaba mi corazón, con fantasías o realidades eran indistintas. Nadie quiso permanecer, yo no quise que nadie permanezca. Sufrí a mares por personas que no eran para mí, no porque eran mentirosas, o falsas, o malas conmigo. Eran porque simplemente ellos, ni yo pudimos mantener lo que decíamos sentir. Era todo una fantasía del enamoramiento. Fantasías.
Tengo una frase que seguiré usando para el resto de mi vida “querer es poder”. Me han dicho infinidades de veces que eso no es tan así. Me han dicho que a veces uno por mas que quiera no puede. Pero yo compruebo día a día, que si algo que no se quiere hacer, simplemente, no se hace. No hay mucha vuelta para hacer las cosas que queremos hacer. Todavía pienso en quienes quedaron atrás, imagino que hubiera sido si…?Y me quedo ahí…en una pregunta, hasta que empiezo a pensar realmente todo esto. Los sentimientos. No se pueden poner en palabras. Muchas veces son tan desbordantes, que no hay manera de sacarlos. Y eso quizás fue lo que nos hizo fallar a cada uno como individuos, y a nosotros como pareja. No porque hayamos sido malos, simplemente no éramos juntos.  Éramos separados. No éramos nada juntos. Eso me trae mucha paz conmigo.
Hablar de cómo me siento hoy, no se si podría describirlo realmente. Es algo que me desborda, que nunca antes sentí realmente. Algo tan real como imperfecto. Y tan imperfecto como la vida misma. Donde solo hay dos palabras que necesitamos más que ninguna otra. Amor, Amistad, esas dos como principales, y todo lo que cada una de ellas trae aparejado. No estoy en un “vasto océano de lo desconocido” ni estoy en “me gusta esa chica” ni estoy en tantas frases tan llenas de contenido verbal y tan poco contenido emocional.
Creo que hasta hoy nunca me habia enamorado, no realemnte, Nunca tuve ganas de decir un Te amo, como hoy. Saber que sola soy feliz es lo que me hace darme cuenta y sentir que quiero compartir mi mis dias. No lo necesito a mi lado, lo quiero junto a mi.

Feliz. 

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