Ferreteria!
Nos acostumbramos a la costumbre de acostumbrarnos a lo nuevo... Espirales de pensamientos, viejos perdidos, recuperados, aplastados una y otra vez, pero amasados otra vez en el presente. La espantosa idea de ódianos se hace presente y hacer lo que uno "supuestamente" no quiere, nos lastima. Tratamos de arrancarnos pedazos de ese musculo subrevaluado tratando así que lo que se dice esta dentro se vaya. Y no lo hace y permanece. Posiblemente con menos intensidad pero con el mismo sentido, que aun no cambio. La vaga concentración en echos cotianos, nos hace estar volados, distraídos. Como mirando sin mirar como haciendo sin hacer...Y nos lleva a odiarnos de tal manera que no podemos ver color en nada...Lo que antes tenia luz hoy esta apagado y gris, dejo de ser iridiscente... Y de repente se ilumina el cielo. Caemos a la realidad que las cosas suceden exactamente como las planeamos que si hacemos algo opuesto a lo que nuestros pensamiento nos dice, a la larga sale como decíamos...